SOLITARIOS QUILLAYES.
Rueda la tarde casi primaveral,
típico letargo de días domingos,
una pareja de turistas gringos,
otean donde ayer hubo un rosal.
Estoy segura estaba aquí la casa
con voz acongojada exclamó ella,
seguro se la llevó alguna estrella,
dice el hombre, la mira y abraza.
Dice ella, los poetas no son queridos,
el mundo los persigue, apresa y tortura,
solo por llamar al injusto a la cordura,
o defender al que lleva días heridos.
Pobre Tuli mia, dice la turista, que sufre y se agita,
les envío al cielo mi beso y mi abrazo,
seguro el amor les tiene en su regazo
queridos compañeros Ramón y Tulita.
Reprimiendo las lágrimas y sus ayes,
acostumbrado dolor de penas y encierro
se retiran al lugar que fué su destierro,
dejando besos en dos solitarios quillayes.
Poeta al atardecer..
Agosto de 2024.