Ver caer la suave noche,
una tarde de verano,
es como sentir la lluvia,
escaparse de su cielo.
La lluvia empapa el suelo, cual negra golondrina,
volando a rienda suelta, buscando sacro nido.
Suelta el azahar su aroma,
de un solitario manzano,
y el quieto vergel perfuma,
sin importarle la rosa.
El verano se empina, copas llenas de anhelos,
va cálido en la noche, reclamando bostezos.
Y así duerme el plácido huerto,
con ronquidos de mil fresas,
y despiertan ya las flores,
al despuntar la mañana.
Tommy Duque
Nov 17 2022
Puerto Barrios, Guatemala,
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