Cuando ayer nos conocimos
mi pequeña princesita,
eras mi niña bonita,
sólo un hermoso angelito,
cuán mucho nos divertimos
con una simple piedrita,
con aquella pelotita
aunque fuera un momentito;
hoy, ya eres bella dama,
una preciosa mujer,
pero sigue pura tu alma
tu deseo de crecer:
eres amor que me inflama,
mi más honesto querer...