No hay fin sin siquiera hablar de un comienzo
culpo al machismo anidado de antaño
desde donde se tendió el burdo lienzo
que a la mujer provoca tanto daño.
Que ella esté sujetada a su marido
porque de la costilla de él salió
hasta la religión ha contribuido
a vulnerar al ser que nos parió.
Esta infame e intolerable violencia
sobrevive a pesar de leyes rudas
las prisiones no transforman las mentes...
es un problema tal vez de conciencia
en sociedades machistas y mudas;
¡Pero educando! ... Se cambia a las gentes.