En el regazo de Dios,
con Don Simón,
la abuela Lala
y tus ancestros,
vas de la mano,
recorriendo el edén
contemplando
a tus amores terrenales.
Quedas plasmadas
en nuestros corazones
con el afecto
que te caracterizó
y como le dijiste a Camilo: \"Hijo no me voy, yo vuelvo\"
Y volviste, sigues aquí,
estas aquí.
Vemos tu sonrisa
y sentimos tu presencia,
ahora desde el paraíso
como Ángel Guardián.