Soneto espejo
Te vi muy distanciada de mi vida
volando como una ave liberada,
el viento te alejaba hacia la nada
dejándome tu aroma y tu partida.
Las nubes dieron pronto su cabida
brindando con llovizna tu llegada,
su brisa cristalina emocionada
mojó tus aleteos sin medida.
Tu rostro demostraba complacencia
por esa convivencia con el cielo
que ató con sus abrazos tus pasiones.
No importa que los aires y tu esencia
estén llenos de savia por tu anhelo,
sí al cabo los recuerdos son visiones.
Acepto que tu fuga fue mentira
que solo la tomaste como un juego,
no obstante, a mis adentros causó daño.
Me dices que tu vuelo se retira,
del juego mentiroso y del apego,
por todos los causales del antaño.
Parece que extrañabas mi locura
y lanzas lo que sientes hacia fuera,
¿qué importa si moriste cual hoguera
regando las cenizas por holgura?
Hoy pides que me quite la atadura
y vuelva a revivir lo que antes era,
no puedo complacerte, aunque quisiera,
tu vuelo para mí perdió cordura.