Angel Rafael Anaya Puerta

De tu amor no soy digno

 

Digno de tu amor no soy

Mucho menos de tu gracia

Pero a tus moradas sé que voy

Señor, lo sé desde mi infancia.


Hablas tú en la soledad

Al hombre triste y caído

Lástima tu corazón la infidelidad

Tu muerte Señor, tubo sentido.


Oh mi Dios eterno

Me cautivas, me seduces

Como corrientes en invierno

Que sabiamente al mar conduces.


La naturaleza habla en silencio,

De tus grandes maravillas

Es tu mano creadora la que aprecio

Recogiendo el fruto de mis gavillas.


Bendice alma mía a tu Dios,

Único arquitecto de mi destino

Embriágate alma mía con su vino

Porque hoy de su amor tomamos los dos.


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