MIGUEL CARLOS VILLAR

Anhelando el olvido

 

 

 

Sibilino impulso

instiga a calcular sin tregua

las distancias entre tu mundo y el mío.

 

Mientras elásticos acercamientos de colofones hambrientos

se arrinconan en mi cerebro, habitado por esponjosa comprensión,

tratan mis cavilaciones

liberarse

de tu indisoluble imagen.

 

Inútil lidiada batalla

centellea

indefinidamente en el espejo

de mi incontrolado rechazo saturado de deseo.

 

 

 

 

 

Esotéricas contradicciones me atormentan:

Barrancos y sabanas,

círculos y triángulos,

el blanco y el negro

se (con)funden

en ese aún fogoso tálamo de amor

tantos años compartido.

 

Tinta invisible

escribe y escribe tu nombre

en este tapiz

de irrespirable oxigeno que blinda mis sentidos.

 

No encuentro sosiego en el tiempo.

 

Borro tu nombre

en la esperanza olvidarlo

y

reaparece con más intensidad

para luego incrustarse en mi dolido corazón.

 

Pronuncia de una vez por todas la libertadora palabra:

¡desamor!