Despierto, me tapo, vuelvo a dormir,
veo que es tarde pero no deseo salir,
entrelazada entre cobijas que simulan sus abrazos,
¿para que salir si estoy cómoda aquí?,
me despierto antes que el sol,
regreso a casa cuando este se ha escondido,
siento que el día me aplasta con su brillo,
los rayos del sol me asfixian, me obligan a salir,
por más que mis pies descalzos pisen la hierba buena,
siento que no pertenezco aquí,
puedo bailar con el tic tac de mi corazón,
pero un día la melodía se tornó triste que borro el recuerdo al caer de las hojas de mil árboles,
converso, hablo, sonrió, pero nadie sabe que
nunca me reí tan fuerte como cuando tenía ganas de morir,
escondo pensamientos muy ocultos en las carencias de mi voz sin muletillas,
nunca fui un ser más social,
como este día que traté de despedirme de todos sentando raíces
tratando que me recuerden como alguien bueno,
corrí tan despacio que nadie me vio moverme de aquí,
estuve oculta en la naturaleza de charla y en el palpitar de sus besos,
limpié sus palmas apoyándolas en las lágrimas de mi rostro y le dije estar bien, pero menti,
pero ahora estoy sola, mi corazón ya dejo de escucharme,
y dice tic tac, ya es la hora de que la luna vuelva a salir.