gaspar jover polo

LA URBE ENCANTADA

 

LA URBE ENCANTADA

                                                  

El cielo azul, limpio, puro,

sin rastro de nubes y, por debajo,

los tejados y las cúpulas,

las iglesias con todo su esplendor característico

y los rincones variopintos y terrosos,

de casuchas de paredes que resisten

casi a punto de desmoronarse. El cielo azul

purísimo planea sobre la orilla

izquierda del río y sobre los accidentes

geográficos que se reflejan

en el agua estancada del embalse.

Cielo azul y azul superficie

del agua en fría competencia

y la cometa asciende

sobre los terrenos secos

e improductivos de los alrededores.

El fuerte animal doméstico

muge encolerizado.

Crecen, en la base de la catedral, los hierbajos

y el musgo sobre las tejas.

Nada de figuras geométricas

sino calles en curva, empinadas

y muchos, muchos meandros

y algunos arcos.

y el pez que se ve saltar después de haber arrancado

desde el fondo del cauce.

El cielo pierde su luz vespertina, horizontal

y la urbe se vuelve oscura,

casi negra, tanto es así, que llena de espanto

cuando se hace de noche.

 

 

Gaspar Jover Polo