Mientras te contemplo
descubro tus párpados,
escucho tus pálpitos
y atiendo tu aliento…
Envuelto en mi vértigo,
te abrazo en penumbra
cuidadosamente,
con mis brazos fuertes
que acaso te abrasen…
Y envolviendo el mundo
tu mirada impávida,
todavía ardiente,
me invita a acercarme
sigilosamente…