Nacho Rey

ROCÍO DÚRCAL

 

Sobra aquí mi antojo, futuro no se mira

pasan por buenos ñoños benditos que quiero,

verte ya en el fondo de pantalla en mí gira 

darles vueltas a un pasado ya socio ligero,

 

que ni hablar quisiera pasad toda escena.

Firmamento funeral que aunque ahora cuento

ayer fue un cielo de ventura fuera de toda pena

vividos tus azules juventudes en mi pensamiento.

 

Hoy tengo que caminar en tu casa de oración

hundido y destrozado, ¡jamás te olvidaré!,

ni con mi ropa negra de sepultura mi inacción

el puro corazón, que hasta mi muerte, te querré.

 

No hay verso escondido para tu divina Majestad

ya como ciervo herido breve, sincero y satisfecho

estas noches puntuales mis pasos de sinceridad

aún caído en tu cielo y a pesar de dolerme el pecho,

 

tu apagada estrella, mi amor no está en venta.

Estas trovas del alma mía, ved palabras de una rosa

jamás se marchita con tu sabor siempre menta...

vibrante compartiendo patria en mí rebosa.

 

Es triste, como si fuera yo tonto beber alguna vez

y aunque sea a escondidas, tu mañana de vino

en un mundo burbuja mi sencilla desnudez

en tus aguas este poeta nada y nada tu camino.

 

Séptima estrofa. Una poesía con algo de llanto;

una estampa en mi ventana y algo de flaqueza.

Siete veces confesor en solitario mi quebranto:

sobre mi pecho queda tu caballero un beso a tu lindeza.

 

                                    Noviembre 2.022

 

                                                             NACHO REY