Si no quieres que te quiera, arranca
mi corazón, o mencionaré tú nombre
con amor para que no lo hagas.
Si no lo haces, déjame seguir
amándote así como un necio, que
al final de la jornada, ya se me pasará
y tendrás mi olvido; y tú no cometas
el pecado de amarme así como
te amo yo. Déjame amarte así hasta
que llegue el olvido para ti.