A veces siento esta necesidad.
Mirar a las mujeres hermosas, o probar un poco de vino, o imaginar que soy rico.
A mi alma no le gusta.
Tenemos conciencia, moral y respeto.
Pero de vez en cuando sabe tan bien.
Escapar del patrón. Qué extraño es vivir, con reglas que no se cumplen.
Pero siempre me esfuerzo por buscar el camino que me parece correcto.
Sólo que a veces no puedo.
El fruto prohibido es el más apetecido.
Por eso lo mejor es ocultar el alma.
Pensar que somos meros mortales y que la conciencia no nos censura.
Pero nunca lo olvides.
Sólo lo sabe bien, cuando lo hacemos raramente.