El silencio
se hace dueño de la noche
a la espera
mi virtual luna
desgarre con argénteos rayos
procelosas nubes
que velan mis anhelados sueños.
Mientras tanto,
en los ancestrales recovecos
de la fantasía,
aladas luciérnagas
hacen de guía
en recuperar
mi primer amor.
Indefenso,
lacero la memoria.
Ráfagas de vividos desencantos
se acumulan a mi alrededor:
(atormentada hojarasca
en un bosque de desilusiones
y malentendidos)
Al fin,
radiante claridad
rompe la espera.
Mis sueños
recobran cuerpo,
TÚ cuerpo!
… al filo de las doce.