Caminar…
continuar embelesado por el embrujo del amor,
ilusionado por volver a encontrar la placidez buscada.,
regocijarse de cada instante… en cada lugar,
de aquellos misteriosos ojos…que te hacían soñar,
y de las razones para seguir…
de los motivos para existir…
y no dejarse vencer.
Hay que combatir… hay que luchar…
y no rehuir las inclemencias …
a pesar del vendaval que de seguro azotará…
con furia y provocación.
No sucumbir a la indolencia de la fría soledad…
ni a los desplantes de la cruda realidad.
Rociar de intensos matices los amaneceres que vendrán,
y deleitarse con los ocasos que seguro aparecerán en su real esplendor…
desbordando su mágica intensidad.
Avanzar…y extasiarnos con la danza de las aves…
aleteando en la infinidad,
y embriagarse de la creatividad de las nubes al pasar.
Ignorar los celajes grises que siempre intentan intrigar.
Repasar los pasajes del destino….
y archivar los momentos que aun puedan lastimar.
Borrar del presente la tristeza…
y convencerse de un futuro esperanzador…
derivado de un sentimiento leal.
Recorrer por escenarios fragantes de centelleante resplandor,
con horizontes de una hermosura natural…
referentes de pureza y sencillez…
entre las cosas más sublimes …
entre los rostros más ingenuos,
en la dulcíe expresión de una mirada fugaz.
Enamorarse así…otra vez…sin meditar…
sin nada que pensar,
sin dar tiempo a dudar,
solo sentir en el pecho su latir…
como un terremoto de pasión…
que prende todo…que incendia todo….
y me desborda de excitación…tan solo de contemplar
su inagotable sensualidad.
Enamorarse así,
tan inesperadamente…de improviso,
y dejarse envolver por su voz angelical,
y asumir que esta coincidencia es una señal….
y de que su presencia es la prueba de que ha llegado el amor de verdad.
Festejar…
amando… con alma, vida y corazón.