La furia es la bandera del que goza,
rehén del mal, tan cruel y despiadado,
vertiendo su coraje, almas destroza,
sus ojos sin amor, de odio bañado.
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En un mundo doliente que solloza,
culpable es el injusto tan malvado,
las garras del nefasto que tortura
y con rabia demuestra su soltura.
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Los cantos del dolor en cuerpo herido
y el llanto que sus almas lo padecen,
miradas de terror en su gemido
y el trato con humanos aborrecen.
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El beso en la agonía del vencido,
un toque de maldad que no merecen.
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Vivir sin la tortura ni el maltrato
ni al perro, ni al borrico, ni a mi gato.