Letras que duermen a pie de la frontera,
sin salirse del renglón para que nadie te hiera.
Letras sin nombres son pura quimera,
canciones no escritas,
humo de chimenea.
Letras impresas en los cristales de hielo,
letras que nunca llegarán a tocar el cielo.
Me duele el alma,
como duele el aliento,
como duelen las carnes
de un sueño hambriento,
como duelen las sombras
del camino eterno.
Me duele la mirada
cuando no te veo,
como duelen las manos
alejadas de tu cuerpo,
como duelen las hojas
del frío invierno.