Caminamos por lo diáfano que pintan los Ángeles, para inspirar las palabras que nos mencionamos entre la distancia y la cercanía, aquellas que han permanecido durante el tiempo que nuestras miradas embellecen a lo eterno, cuando alzamos el rezo al rey de los resplandecientes y aquellos nos abrazan cuando nos acariciamos durante el nocturno poetico; libre y excelso de pureza por amarnos cada vez que nos mostramos felices y cuando la dicha no es completa. Si bella amada mía eres la mujer que amo en demasía, mi mujer que me ama tan sutil como las estrellas que navegan en lo infinito para crear eternidad de un poema.