MI DESPEDIDA
Llegará el día
que mis manos frías
enmudecerán al calor del viento;
me alcanzará el rayo
de mi noche sombría
y aunque quiera correr
me quedaré sentado
apenas alzando mi cara.
Quedarán los recuerdos
de mis pasos en un suspiro,
mi larga despedida sin bruma
y la codicia de mi alma
suspendida en vilo.
Quedará
la lámpara del corazón
alumbrando mi camino,
entre el azul del cielo
y la sobremesa de mi cuerpo
recorriendo el río.
Me veré en el espejo de la vida,
renunciando
a mis pensamientos esparcidos;
le haré un guiño a mi máscara,
pondré una fruta
queriendo devorar
y un verso derretido,
descansaré sin corbata anudada,
con zapatos cómodos
fingiendo beber una cerveza
brindando en familia
y charlando
con los buenos amigos...