Los besos que me dabas
aún me saben
en el alma un poco
y es la sola cosa
por la que sigo avante
Quisiera verte en la calle
buscándote absorta
mientras duela este olvido
que me encharca las horas
con sus penas rastreras
a morder mis razones
No sé pero
esperanza me queda
nada más una gota,
suficiente
para pagar la próxima ronda
a un desconocido propio,
el que se asoma
desde la sombra
con un resoplido hondo
que impulsa a las embarcaciones
hacia un destino en sus ojos,
soles de insomnio
que perforan el frío páramo
sin no más un ruego,
sin más palabra:
así a su vuelo
se va la vida...