Veo caer con dulce tristeza el polvo que yace en las hojas de papel,
No de un libro cualquiera, sino de uno que leí miles de veces,
Y por terquedad o por torpeza me aferre a él, del amor al odio, del odio al amor,
En mis dedos quedan incrustadas las cicatrices que al pasar de página me dejaba a veces,
Y por más que lo intente, aun no comprendo los pies de página que en letras pequeñas me decía ya no lo intentes,
Pensé que sus líneas me ayudarían a caminar sobre las aguas,
Pero cuando mis pies se remojaron un poco, me hundí,
Mientras el resto podía caminar.