Perpetuos peregrinos hacia la eternidad,
atrapados en este efímero entrenamiento,
entre llantos y risas, con vacíos y plenitudes,
amando y perdonando, perdurando...
guerreros de luz buscando nuestro origen,
cuando se deba desandando los caminos
y cuando es viable, siempre avante,
siempre cuidando esa paz del interior
que por resquicios se nos escapa,
rodeado de maestros y aprendices,
descubriendo o construyendo
el camino hacia nuestra eternidad.