Entre torrentes de sangre,
caídas bengalas a los pies del tigre,
sobre natura el espacio estelar que conjuras
con tu geografía básica, poesía, último refugio
donde se encadenan mis dientes mis fluidos
mis sonidos inestables/ la prostituida sensación
de ahogarse con un atuendo de solemnidad augusta.
Ya perdido, sin encontrarme, cuerpo que vorazmente
destruyen insectos o termitas, es igual, porque gime.
Sí, ya perdido, no encontrado, destruido por los lazos
balsámicos
que construye una lectora en su aposento de gracia-.
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