Pretendo cantarte, magnífico bardo,
los versos que traen perfumes de nardo
de regio esplendor;
que llevan acordes de aquellos maitines,
que nacen excelsos de regios violines
preñados de amor.
En cada grafema que escribe mi mano,
te ofrezco del alma su canto gitano
pintado de azul;
que fueron tus versos pedazos de cielo
en donde esperanza surcaba su vuelo
vestida de tul.
Tu paso en la vida, llenaste de flores,
repletas de efluvios y regios colores
del bello clavel;
y fueron tus letras sublimes gaviotas,
que llenas de acordes y mágicas notas
nos dieron su miel.
Tu mano de artista tejió con tu verso
un mundo de ensueño, precioso universo
con lumbre sin par;
y lleno de gloria, de brillo y pureza,
portaba la palma de augusta grandeza
del rayo estelar.
Un néctar supremo tu verso tenía,
con suave mixtura, que ritmo tenía,
travieso y vivaz;
y copas de ensueño tu rima escanciaba,
con esa dulzura que el alma llenaba
de dulce solaz.
Tu lira cubriste con sedas de Francia,
con rosas rosadas de magna elegancia
en regio bouquet;
olímpicas cumbres con ella escalaste,
y el alma del mundo también conquistaste
igual que Musset.
Autor: Aníbal Rodríguez.