Pensaba en escribirle muchas cartas
con sangre que brotaba de sus venas
mostrando aquel amor a manos llenas
saliendo con terneza desde el alma.
Pensaba en escribirle las pancartas
por grandes cantidades y decenas
pintadas con las flores de azucenas
y con las pajarillas de alas blancas.
Creía que las pájaras dirían
lo mucho que quería a la consorte;
decirle que sus lágrimas corrían
mojando su escultura con pasiones;
decirle que su piel como las flores
¡Sus ojos más hermosa la veían!