VISIÓN DE MI FUNERAL DESDE EL YA “NO VIVIR”
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1- Poesía es fantasía.
La fantasía permite,
Que con fina alegoría,
Mi funeral acredite.
2- Desde que murió mi padre,
Muchos años han pasado;
Mas siempre tengo presente
La triste obsesión de muerte,
Recordando aquel instante,
Cuando yacía en el féretro
Y estaba casi ocultado.
¡No olvidaré tal encuentro ¡
3- En algún momento tuve
Estar verdadero “muerto”
En mi normal pensamiento,
Mas me asaltó un atroz miedo:
Faltar en la caja el aire.
Nunca podré ya volver
Ni convivencia tener
Con las gentes de mi pueblo;
Pero tendré un feliz sueño
Sin mi destino saber.
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4- Desde entonces reflexiono
Qué pensaría el “no vivo”,
`Sin pensar que no podría´;
Pues así discurriría:
5- Me imagino que soy “yo”,
Apareciendo “no vivo”,
El que en el féretro está,
Siguiendo su funeral,
Y que observa al personal.
El recuerdo ya se aviva
En mente que está cautiva
En negro y triste ataúd.
6- Ya vencido por la edad,
Frente a frente me encontré
Sin desearlo a la “muerte”,
Que llega al que no la espera.
Ayer mi vida era un sueño;
Hoy silencio sin pasado:
La “muerte” todo lo calla.
Miro mi longeva vida
Desde escasa cristalera,
Ventana que no aligera.
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7- Solamente veo un triángulo
Con tres lados igualados:
Que forman cejas regladas
Y barbilla puntiaguda.
8- Tengo cejas perfiladas;
Mis pestañas “rimeladas”;
Ensombrecidos los párpados
Y sus bordes resaltados;
La nariz muy afilada;
Las mejillas afeitadas
Y con aceites rosadas:
Todo está normalizado.
9- La boca está colocada;
Labios duros azulados
Quedan ya bien retocados;
Sin luz la fija mirada;
Cristiana samaritana
Los ojos abiertos sella;
Mi cara está liberada
De arrugas y antiguas manchas,
Que dejan la piel maltrecha:
Es la máscara prestada
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10- El fijo reloj biológico
Me dio el jaque de mi vida,
Al acabarse la extensa
Cuerda de mi ser histórico.
11- Su fin previsto tenía
Para del lugar salir,
Que la prisión suponía,
De este mundo vivir.
El gurú juega escondido
Con esos dioses ficticios
Para prometer consuelo
Desde el féretro hasta el cielo.
12- Miraba a los asistentes
Llegar a mis funerales;
Los murmullos se escuchaban
De oraciones familiares,
Conocidos y leales.
Así, algunos, desfilaban
Ante el féretro con rezos;
Otros, tristes y apenados
En silencio y suspirando.
¡Conmovedor espectáculo!
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13- Con la señal de la cruz
Con gran emoción pasaban,
Tristes caras y un adiós,
Inclinada la testuz
14- Delante de mi ataúd
Los asistentes cruzaban,
Y el último adiós me daban
Con sentido de piedad,
Y sin ninguna acritud.
Unos, por amistad, iban;
Otros, por curiosidad:
Por si he muerto de verdad.
15- Vi a mi musa imaginaria
Que tanto amé su belleza.
No permitió la caricia
De su cuerpo la hermosura,
Por haber inexistencia.
Quise hablarle, mas no pude;
Señales con mi mano hice,
Pero ella no respondió;
Percibí ver en sus labios
Cierto rictus de dolor.
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16- Dentro de mi ataúd siento,
En mi propia inerte carne
En la larga noche, aquello:
“¡Dios mío, qué solos/
Se quedan los muertos”¡
17– A la mañana siguiente,
El bullicio de la gente,
Que a mi “sepelio” ya viene;
En una iglesia las preces
Y rezos del sacerdote;
En el ataúd clavado,
Un crucifijo dorado;
(Sentimiento de los míos).
18- Descienden al crematorio
Mi helado y rígido cuerpo
Que los meten en un horno
Con sólo por compañeros:
Un gran silencio y el fuego.
Sentiré un calor quemante,
Derritiéndose mis grasas,
Y consumiendo mi cuerpo;
Oiré crepitar maderas…
¡El fuego es purificante ¡
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19- El funeral ya cumplido
Los asistentes se han ido,
Dando los “pésames”, unos;
En los ojos, lágrima, otros.
20- Darán a los familiares
Las cenizas con respeto
En urna de funerales,
Adornada con rituales
Que servirá de recuerdo
En momentos memorables.
(Ya dejé dicho que hicieran,
Con ellas lo que quisieran).
21- Sólo quedan mi mujer
Y mis hijas en la casa,
Alguna familia más
Para compañía tener.
Veo a mis hijas y esposa
Con solamente algún signo
De luto como acordamos.
Los nietos han aceptado
El ruego que les he dado
En mi poema anotado.
Amen.
NOTA: Cuando lo escribí, sentí
Que no era realidad,
Sino una pura ilusión.
Cierto tiempo me creí
Que era muerto de verdad.
( Aquel que el poema lea,
Invitado al funeral
Oficialmente ya queda).