Por el bien de sus hijos, un buen hombre, el abuelo,
trabajó intensamente, nunca abdicó en su anhelo.
Hoy, su hijo con su ejemplo, sin importar fatiga
con su firme intelecto mucha esperanza abriga
y lucha con denuedo porque surja la espiga
fértil de la bonanza que la escasez mitiga.
La vida de estos hombres son cristalinas fuentes,
no existen las barreras en sus tenaces mentes.
Merecen pleitesía, siendo claro modelo,
se le suplica a Dios que siempre los bendiga
para que sus ejemplos, sean ricas simientes.