EL FINAL DE UN SUEÑO
Me devoró las ansias de tenerte,
era el deseo, llama no extinguida,
y sentí que tus besos eran muerte,
y tu sexo, una fruta prohibida.
Y pasó lo que pasa en los amores,
yo era joven y tú… Tú eras coqueta,
así goce de todos tus favores,
y te entregué mi alma de poeta.
En ti amé tus locuras, tus excesos,
esos senos de encanto seductor,
la miel de tus caricias y tus besos,
tu sapiencia en las lides del amor.
Toda la dicha que soñó el deseo,
la obtuve de tu rosa prohibida,
hoy no estás y parece que te veo,
en mi lecho desnuda y complacida.
Te quise con lujuria inmensa y loca,
no obstante que mataste mi embeleso,
te dejé el corazón en esa boca,
que llené de pasión en cada beso.
KIN MEJIA OSPINA en una noche de recuerdos.