Raiza N. Jiménez E.
El Poeta, el Jardín y el Rosal.-
Amanece y la claridad aún, no se impone.
El amanecer va domando acá las sombras.
El bardo una bella poesía al día, compone.
Va hilando con sus versos, bella alfombra.
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Ensancha su magna obra en el jardín de rosales.
Sí, jardín de rosas, las más fragantes y rosadas.
Un hado le habla al poeta, desde los umbrales.
Vino a prevenirle que las espinas son muy osadas.
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Todas las rosas de hoy, son preciosas y coloridas.
Lindas inspiradoras de letras, eso dicen los poetas;
Y es que un jardín, debe de tener rosas florecidas.
Todo bello salón, debe lucirse con rosas coquetas.
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Dice el bardo:Sí hay rosas el ambiente se perfuma.
Y es que, en noches primaverales, florece el rosal.
El bardo sueña y escribe, el amor mueve su pluma.
Piensa: ¿Quién no es atraído por un aroma floral?
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¡Envuelto está en las embriagantes fragancias,
e inspirado con sus versos adorna la estancia!