De niño jugueteaba
por el parque Quiñones de mi ciudad,
entre algarrobos y banquetas
y era feliz...
Soñaba con todas mis fuerzas
en ser adulto
y cambiar al mundo
era feliz
No habían amores inconclusos
ni guerras
ni cementerios ni hechizeras y brujos
era feliz...
Un día Dios me habló
y me dijo:
Francisco, la vida no es más que un sueño muy real
y fui feliz
No sé si estoy en el centro del Universo
no sé si estoy vivo
no sé a dónde voy
solo sé que la vida no es más que un sueño muy real...
Te quiero Arantza
y me hierve la sangre que seas de otros hombres
te quiero Catarina
pero nuestro amor ya no es lo que era antes...
yo me entiendo