Fue roto el velo
a la vez que su carne
para darme entrada
y poder alabarle.
Fue su sangre roceada
para que la tierra bebiera
y yo que soy polvo salvarme,
como a barro formarme.
Fue su cruz mi pecado
por amor a mí martirizado
Me llevó en sus hombros
por amor y para ser amado.
Fue en el madero clavado
se hizo así mismo maldito
por borrar mis pecados
y dar a luz hijos santos.
Fue inscrito Rey;
siempre le obedeceré.
Como oveja al matadero
así mismo se entregó
¡ninguno como mi Rey!
Fue Dios hecho hombre
para enseñarnos amor
Se rebajó de su gloria
para darnos perdón.
Fue y es su resurrección
una victoria y compasión,
para que crea en Él
y no caiga en condenación.