Vestido con esmero de adornos adorables
bolitas y colores que alumbran lindas luces,
el árbol que alimenta recuerdos entrañables
deslumbra más que feria de patios andaluces.
Es árbol de esperanzas, de sueños y de luz;
es árbol de armisticios, de fe, fiesta y calor
sembrado en la dulzura del Niño Dios Jesús
que viene a darnos vida con Su infalible amor
Y al lado suyo, idea, del mínimo varón,
el más fausto suceso se viste de paisaje
trayendo a la memoria de todo corazón
la majestad de un Niño sin pompa ni equipaje
Él hace del pesebre la más tierna canción,
Él con José y María; virtud, fe y humildad,
tras nueve hermosos meses de amor y sumisión,
hace brillar la estrella que inspira Navidad
Así junto con ellos, así pensando en Dios,
con hijos, con abuelos, con gozo, con fervor
con primos, con vecinos, amigos y hasta no,
grabé memorias lindas, viví el tiempo mejor.
¿Cómo ignorar entonces tan dulce tradición?
¿Cómo ocultar al mundo la dicha que en Jesús
cada diciembre y año alienta a una nación
de hermanos en el Niño que viajan tras Su luz?
Fabio Armando Urrego Valderrama