Me pierdo en el abismo, caigo rendido sabiendo que puedo escapar pero no quiero hacerlo,
tus manos amarrando las mías mientras, siento tu piel y me enciende,
como si de hojas secas fuera mi dermis y hago combustión al rozar tu piel,
entro en tus ojos y usando el reflejo de tu mirada, construyo un puente entre tu alma y la mía,
tus ojos y los míos unidos fijamente mientas todo se mueve al rededor,
tu cabello que cae como rocío en mi cuerpo y el sudor que hierve de solo tocarte.
Tus dientes entrando en mi piel y yo apretando mis dedos en tu espalda,
yo pidiendo amor y tu haciéndomelo, que alegría es morir y a la vez vivir sintiéndote.