Eres esa esponjosa y suave figura blanca suspendida en el gran e inmenso paisaje azul,
Te veo, admiro tu sencillez, por ser tan bella, y aun así guardar y dar lo más valioso de ti,
Esparces bondad entre montañas, ríos, bosques, senderos y demás, esa es tu naturaleza, vaya belleza.
Eres capaz de pintar lo gris en esperanza, eres la calma después de la tormenta,
Eres el arte reflejado en el cuadro violeta de Emil,
Trasmites paz como el canto del ruiseñor al despertar, al ver el majestuoso ser de luz,
te rocías de humildad y al descanso de la gran bola amarilla, continuas con tu agradable melodía.
Ya la mencionada Iris, al poder ver el celeste cielo, miro al oeste, observo el horizonte en la luz de marzo, panorama de rosa jardín, mi arco en esta nube sin fin.