Carlos Justino Caballero

EL CAMPO DE LA GLORIA

Un sentimiento argentino

 

Estuve en el campo de la gloria

y vi un verde intenso en lo que ayer fue rojo,

rojo como el rojo pabellón del invasor

y el doloroso rojo de la sangre criolla.

Estuve en la fachada del convento de San Carlos

que iluminó en el alba ese sol rojo de febrero

mientras solapados llegaban los realistas

a las  mismas barrancas del río Paraná.

Y estuve y vi ese río rojizo e incontenible

que traía a la escuadra de invasores

y a mis retinas llegaron esos barcos rojos

y a mis oídos el rumor del agua y del tiempo.

Y estuve y miré tras esos muros legendarios

-los muros del convento que hizo historia-

donde esperaron los gloriosos granaderos

y su jefe gallardo y aguerrido. Allí estuve.

Y de nuevo se llenaron de vida mis retinas

y vi y sentí el estrépito de aceros y galopes

y alaridos de batalla que seguían con valor

el sable en alto del general patriota,

seguido de patriotas que vencían la invasión y el miedo.

También vi claramente el embate letal y la estampida,

la huida y el tendal de muertos y de heridos

y sentí estar presente en ese triunfo que conmovió mi alma.

 

Un acabado silencio entra de pronto y llena el campo,

el campo de la gloria, y se vuelve todo quieto y verde.

Ya no hay ruidos tras los muros, no hay jinetes ni corceles,

ni españoles, ni cañones… ni batalla en el campo de la gloria.

Sólo sombras y recuerdos inmortales en este sol de medio día.

 

 

 

Nota y referencias históricas. Se llama Campo de la Gloria al sitio donde tuvo lugar el combate de San Lorenzo (03/02/1812) entre las fuerzas independentistas rioplatenses (argentinas) y las colonialistas españolas (realistas). España envió por el Río de la Plata una flota de once embarcaciones y 250 hombres, que había salido de Montevideo con el propósito de dominar este río y por ende el mar. Por tierra en entonces coronel de caballería José de San Martín, (máximo héroe argentino) seguía el movimiento al frente de 125 hombres del Regimiento de Granaderos a Caballo, recientemente creado por él, ocultándose tras los muros del convento de san Carlos en la localidad de San Lorenzo. Allí fue el desembarco realista. Este combate constituyó el bautismo de fuego del Regimiento de Granaderos a Caballo. El combate que duró no más de 15 minuto dejó en el campo cuarenta bajas entre las tropas realistas, en tanto que las filas patriotas hubo 14 muertos.