Te siento como la droga,
sin embargo, no es algo que me ahoga.
Te siento el jadeo y el movimiento,
nuestros besos fundidos en aliento.
Aquella noche, amor,
tú me diste sabor.
Tus piernas delicadas toqué,
y en tus labios disfruté.
Nuevo sabor di a mi vida,
una corrida más entre jadeos
de una noche de cantigas,
de un amigo sin deseos.
Fue solo una noche entre toques y labios,
una noche que de placeres prohibidos.
Silencio queda nuestros secretos labrados
entre nuestros sueños cohibidos.
Una noche entre el mismo sexo
basta para llenar mi pasión por dentro.