Estuve tendida en larga e inmensa espera.
Vi las señales del cielo estrellado y silente.
Mi mente ofuscada, anticipó respuestas.
Nada te puede tocar, está en el pensar.
*-*
Mi amor soy yo, lo llegué a comprender.
!Ay, cómo es de humillante la conciencia!
Mis ojos inquietos, te vieron y no callan…
Miradas lánguidas y largas se amotinan.
*-*
Esperan y verán caer la estrella mensajera.
Ella trae los mágicos secretos del amor.
Será amor, si se reconoce como ente vivo.
!Quizás, quizás, así se aparece la muerte!
*-*
Mi pecho, te reclama con sus inquietudes.
Busco alivio para calmar este fuego fértil.
Te irás mañana, con el Sol del pleno día.
Quizá la plateada noche, a mi alma calme.
Nada como el claro Sol, para otear el día.
*-*
¡Cuando la noche silencie a tus clamores,
tendrás este día, para expiar tus penas!