Raiza N. Jiménez E.

Al Amanecer.-

Estuve tendida en larga e inmensa espera.

Vi las señales del cielo estrellado y silente.

Mi mente ofuscada, anticipó respuestas.

Nada te puede tocar, está en el pensar.

*-*

Mi amor soy yo, lo llegué a comprender.

!Ay, cómo es de humillante la conciencia!

Mis ojos inquietos, te vieron y no  callan…

Miradas lánguidas y largas se amotinan.

*-*

Esperan y verán caer la estrella mensajera.

Ella trae los mágicos secretos del amor.

Será amor, si se reconoce como ente vivo.

!Quizás, quizás, así se aparece la muerte!

*-*

Mi pecho, te reclama con sus inquietudes.

Busco alivio para calmar este fuego fértil.

Te irás mañana, con el Sol del pleno día.

Quizá la plateada noche, a mi alma calme.

Nada como el claro Sol, para otear el día.

*-*

¡Cuando la noche silencie a tus clamores,

tendrás este día, para expiar tus penas!