Su boca muy delirante
vomita su espuma oscura
abriendo la cerradura
con ruido muy crepitante.
Su flujo es avasallante
desciende hasta la llanura
cual río con su bravura
y su color muy brillante.
La savia corre escarlata
por cavernas y por venas
que después de estar serenas
sale con su fuerza innata
que aunque quieras no sofrenas,
por la furia que desata.