La invité a bailar sin saber que iba a pasar,
Ahora de mi cabeza no la puedo sacar.
Hasta para caminar tiene cierta elegancia,
Habla con elocuencia, tiene esa paciencia
Que te trae paz. Yo no pedía más que estar,
Por todo una vida la queria acompañar,
Despertar verla sonreír, acariciar su rostro,
Porque ella la belleza del mundo me mostró,
La escondía tras ese bello mirar café,
Recupere mi fe en el mundo cuando la besé,
Aún prevalecen sus labios en mi pecho.
Ella estaba rota y yo estaba desecho,
Juntamos nuestras partes y nos sanamos,
No acabamos juntos pero acabamos
avanzando, nos ayudamos a madurar,
Y ahora que no está aquí se lo agradezco,
Me ayudó a seguir adelante.