Dónde, dónde estarás,
mi niña consentida,
me arrancaste la vida:
¿me la devolverás?
cuándo retornarás
a esta senda perdida,
siempre tendrás cabida,
dime; ¿regresarás?
bello ángel de ternura,
sáname del dolor;
cúrame la locura,
regálame tu amor;
bella niña tan pura,
sana mi corazón...