MIGUEL CARLOS VILLAR

Avenorro

 

 

Un telón invertido

de

avena loca

filtra

en su teatral contraluz

estelas de punzantes flechas,

que,

juguetonas

en la saturada brisa matutina,

difuminan en su vaivén

el estático, silente,

musgoso cancho;

contrapunto

en una incipiente sinfonía

de

rociados verdes,

y

balanceantes

encrestados arcoíris.

 

Ancestral rito:

El implacable sol

desayunará

el maná de las avenas.

Reconfortado,

bañado en presunción,

disolviendo los azules,

se elevará resplandeciente

y

deslumbrador,

mermando

la colorida paleta

de

verdes grisáceos

y

amarillos verdosos.

 

No pierdas tiempo,

madrugador caminante,

proyecta en tu membrana

paradisíaco momento.

¡Cincélalo en tu recuerdo!

Cinco pasos más…

y

tendrás que

volver mañana.