Mirarte fue inevitable, sonreías tan lindo que un vórtice volcó mis instintos primarios.
Hacíamos honor a la palabra eterno en unas paredes delgadas de afecto e incertidumbre...pero con el tiempo, olvidamos que el amor es paciente y que yo no soy más que una aventura.
Parecías tan calmado que le puse al cielo tu nombre por que queria llevarte conmigo siempre pero con un suspiro consumido te decía adiós todas la noches...
Es mi culpa, por creer pertenecer ahi en el mundo donde solo tu habitas ...pero tú me demostraste que las letras son solo un párrafo vacio, pero las acciones son momentos inolvidables como ese eclipse en una noche de luna llena.