Pilar Luna

PROSTITUCIÓN

Es un día de digestión lenta

para los traficantes de vidas,

escondidos entre fondos

de inversión

y políticas monetarias.

La comisión de expertos

busca estrategias sofisticadas,

ahoga el dolor en el poder

mientras da patadas,

desnudando y violando al planeta,

sin freno y sin reflexionar.

 

Es solo una argucia

de los hombres picudos

que cortan cabezas con la lengua,

un falso sol,

sin ninguna certeza

de que despierten del trance.

Son alfeñiques

con zapatitos de charol

y corbatas gris marengo

que viven en las cloacas.

Gastan tiempo y palabras

en batallas dialécticas,

miserables ignorantes,

cortando jirones de telas

sobre cuerpos ofrecidos

a la carroña.

 

Se apagan los focos.

Son necias las banalidades,

no calculan sus miserias.

En caída libre, minimizan

su exposición al riesgo

ignorando sus complejos.

Los frutos siempre se pudren,

y al final de su vida,

con indolencia,

dividen sus despojos, sin fisuras,

negro sobre blanco,

realidad inmovilista,

pero el reparto de ganancias

no equilibra la balanza.