Atrapar el trinar del ruiseñor con sus manos.
Acariciar el amor, sin que nadie sepa que es ella.
Alcanzar con una escalera violeta las nubes viajeras.
Dormir con la luna llena, y escuchar sus quejas.
Ir a la tierra de nadie y estampar sus huellas.
Besar la brisa, como ella me besa.
Adminístrale al tiempo, su tiempo libre.
Cerrar las puertas del cielo, mientras llueva.
Preguntarle al sol, que hace por las noches.
Adornar la mitad del cielo con flores silvestres,
y la otra mitad pintarlo de acuarelas verdes.
Meditar en medio de la montaña,
en compañía de un hada en el alba.
Conocer de que sufren las piedras.
Elegir otro rey de la selva.
Seguir amándome, aquí, allá, en el cielo…
donde sea.
Entrevistar a Dios y pintar su imagen
en una acuarela.