Que corra el aire, que corra,
Por el relente hacia el alba,
que corra el aire,
y se lleve los sueños
calientes y obscenos
de pesadillas al desvanecer
del amanecer.
Que corra el aire, que corra,
y ventile los pensamientos
adheridos a las sombras
inocentes de las almas
incandescentes.
Que corra el aire, que corra,
y los cuerpos que brotan
de las cálidas sabanas,
sudores tormentosos,
pesadillas ambiguas,
insomnios vaporosos.
Que corra el aire,
y refresque los rostros
rotos de porcelana,
sin labios y miradas,
rostros de lágrimas pegadas.
Que corra el aire, que corra…