Cantan la Salve
un grupo de marinos
en la capilla.
Tiemblan los labios,
se rompen corazones,
vibran las almas.
Y es que escuchar
la Salve Marinera
es algo hermoso.
Si la conoces
ya sabes lo que digo
y que no miento.
Es concentrar
la esencia de los mares
en esa voz.
Voz con salitre
de labios marineros
ya muy curtidos.
Es el legado
de ancestros y leyendas
en ese canto.
Y así perdura
y surge en las gargantas
como un regalo.
Para el oído,
profano, que te escuche:
¡Bendita Salve!
Rafael Sánchez Ortega ©
06/12/22