Lentamente se desprende,
el amarillento folio,
del vigente calendario;
quedan atrás los manojos
de tantas cosas vividas,
algunos recuerdos toscos
causantes de la tristeza
convertida en los sollozos
que martillaron la vida,
dejando pesares hondos.
¡La vida nunca es perfecta
ni el humano su piloto!
Pero la vida prosigue,
lo vivido será un módulo
debe estar almacenado,
como un incidente histórico.
Quedan también los recuerdos
de instantes maravillosos
causantes de la alegría;
un valioso patrimonio
guardado en el corazón
como brillante tesoro.
Cada vez que se reviven,
se bebe de ellos los sorbos
de este potente elixir,
un bálsamo como pocos,
causante de las sonrisas
de singulares contornos,
sin duda son del amor
sus más brillantes rastrojos.
En el año que termina
de los actos se hace acopio
muchos eventos se evocan,
causando los soliloquios;
son importantes recuentos,
enumerando los logros
pero también las tristezas
que provocaron ahogos.
Hojas donde se escribió
una historia sin retorno,
¡Se deben limpiar los fardos
que yacen sobre los hombros!
“Adiós al año que parte
el nuevo será armonioso,
traerá muchas sorpresas,
que iluminarán los ojos”