Amargado.
Amargo debe ser el néctar negro del mal poeta.
Ya no creo en orgasmos femeninos
y solo entre esquinas inmundas me acicalo.
El foco titilante en clave Morse me dicta mensajes macabros.
La boca me sabe a metal y mi alma se siente vacía como mi libreta.
hasta a mí musa le tengo que rogar…
me hinco y desesperado gateando
pido perdón lamiendo
incandescente asfalto.
La misantropía me exprimió
y me ha dejado nadando en negro
escarlata…
No me convertí en lobo
si no en la oveja que come carne…
Mi saliva es venenosa y adictiva
komodo entre tus piernas, entre las tinieblas.
Pero en el sol no aguanto…
y entré fisuras cardíacas de calcio me escondo
patética lagartija morena.
Quiero caminar desnudo hasta encontrar la salida,
desnudo porque ni el negro de mi tinta conmigo combina.
A obscuras no da risa…
¡dan ganas de llorar!...
Y a ese ecosistema ruidoso, de satánicas sirenas…
me acostumbré a llamar hogar.