Jorge Alberto Cervantes

Canción a alguien que extraño

 

Tú me dijiste que me querías

en aquella tarde de verano;

y arrullaste mis heridos ojos,

y emané de tus cálidos brazos.

Tus frases eran pura ternura,

y mi corazón palpo en mármol.

Pero por tímido no le trove

a tus labios de regazo blanco.

 

Y ahora te observo, en silencio,

a través de versos empapados;

y de mi costilla germina una flor

que inunda el mar de los barcos.